El cáncer es una enfermedad que puede aparecer en cualquier etapa de la vida. Lo sufren niños, adolescentes y adultos de todo el mundo. Sin embargo, a medida que una persona va envejeciendo tiene más probabilidades de padecer de algún tipo de cáncer. Entonces, la edad se convierte así en un factor de riesgo que no podemos evitar.

Sin embargo, esta cifra no quiere decir que debemos dedicarnos recién a esa edad a intentar prevenir esta enfermedad.

1. Realizar actividad física

Los años no pasan en vano.
Los años pesan.

Todos hemos escuchado estas populares frases alguna vez e incluso las hemos utilizado. Por lo general, su uso está relacionado con la actividad física. A medida que los años avanzan, las personas van dejando de lado los ejercicios y comienzan a llevar una vida cada vez más sedentaria. Según el Instituto Nacional de la Salud de los Estados Unidos, solo el 30 % de las personas de 45 a 64 años realizan actividad física de forma habitual en su tiempo libre. Esta cifra disminuye a 25 % para las personas entre 65 y 74 años de edad y a solo 11 % para las personas de 85 años en adelante¹

La actividad física aumenta la fuerza, mejora el estado de ánimo y el equilibrio, ayuda a controlar condiciones médicas, como la diabetes o la depresión, pero también está asociado con reducir varios tipos de cáncer, como el cáncer de colon, el cáncer de mama y el cáncer de endometrio².

adultos mayores haciendo ejercicio

Si tienes 35 años o más y empiezas a sentir que los años pesan cada vez más, puedes realizar estos ejercicios de baja intensidad:

Ejercicios de resistencia: Las caminatas enérgicas y el baile mejoran la salud del corazón, los pulmones y el sistema circulatorio.
Ejercicios de fuerza: Levantar pesas y usar bandas de resistencia pueden aumentar la fuerza muscular.
Ejercicios de equilibrio: Ayudan a prevenir caídas que son un riesgo importante de salud a medida a avanza de edad. Prueba pararte sobre un pie o tomar clases de tai chi.
Ejercicios de estiramiento y flexibilidad: El yoga pueden darle más libertad de movimiento al cuerpo.

2. Llevar una dieta saludable

No hay duda de que una dieta rica en calorías y sales puede llevarte al sobrepeso o a la obesidad. Si tienes entre 30 y 39 años, esto cobra mayor importancia, ya que corres mayor riesgo de padecer de obesidad³. Por si fuera poco, la alimentación inadecuada también aumenta el riesgo de desarrollar algún tipo de cáncer. Entre los alimentos o las bebidas que debes evitar están los siguientes:

Alcohol: El consumo excesivo o habitual de alcohol aumenta el riesgo de presentar cánceres de cavidad bucal (sin incluir los labios), garganta, laringe, esófago, hígado, seno, colon y recto.

Carnes rojas o procesadas: Limita el consumo de carnes procesadas como tocino, fiambres, salchichas o hot dogs. Al comer carne roja, escoge cortes sin grasa y come porciones más pequeñas.

Bebidas azucaradas: Evita el consumo de gaseosas, bebidas energéticas y jugos con saborizantes de frutas.

Alimentos con alto contenido calórico: Reduce el consumo de papas fritas, helados, pasteles, dulces, entre otros.

Por otro lado, los alimentos que ayudan a disminuir el riesgo de cáncer son los siguientes:

Frutas y verduras: Incluye frutas y verduras en cada comida. Mientras más variadas, mejor.
Cereales integrales: Ayudan a mantener un peso saludable y están asociados con un menor riesgo de padecer algunos tipos de cáncer y otros problemas de salud.
Vitamina C: El cuerpo no produce vitamina C, sino que la obtiene de los alimentos que consumimos. Por ejemplo, los cítricos, las bayas, los tomates, el brócoli, la espinaca. La vitamina C puede proteger las células frente a los efectos de los radicales libres, los cuales podrían influir en la aparición del cáncer.

3. No fumar

Si has fumado por mucho tiempo y ya tienes 35 años o más, aún puedes estar a tiempo de dejar este hábito. Cuanto más demores en hacerlo, se incrementan las probabilidades de padecer alguno de los muchos tipos de cáncer (al menos 13) que el tabaco provoca. ¿Pero sabes de qué otras maneras te beneficia dejar de fumar? Aquí un par de datos:

Dejar de fumar antes de los 40 años reduce cerca del 90 % su posibilidad de morir prematuramente por enfermedades relacionadas con el tabaco. Asimismo, quienes dejan a los 45-54 años reducen su posibilidad de morir prematuramente en casi dos tercios⁴.
Quienes dejan de fumar entre los 35 y 44 años viven cerca de 9 años más. Quienes dejan entre los 45 y 54 años viven cerca de 6 años más; finalmente, quienes dejan entre los 55 y 64 viven alrededor de 4 años más.