A muchos les gusta tomar sol en verano, pero no saben cuál es la verdad detrás de los mitos que sobre esta acción se tejen y las consecuencias en tu piel. Entérate a continuación.

“No me quemo al sol, solo me pongo un poco rojo”

Hay personas que piensan que el ponerse solo “un poco rojo” no implica ningún mal para la piel. Lo cierto es que adquirir este tono significa una quemadura solar de primer grado. Hay que recordar que la acumulación de este tipo de daños puede originar cáncer de piel en un futuro.

“Soy de piel morena, por ende, no necesito protector solar”

Esta idea es totalmente equivocada. Si bien las personas de tez clara tienen más peligro de contraer una enfermedad de la piel, aquellos de raza morena también deben protegerse. Lo que varía es el factor de protección solar. Mientras los blancos necesitan de más alto nivel, las personas negras pueden untarse un protector de menor número de FPS.

mitos y verdades sobre la exposicion al sol

“Está nublado, así que no hay radiación UV”

Mientras más despejado está el cielo de nubes, mayor es la cantidad de rayos ultravioleta que llegan al suelo. Sin embargo, las nubes no bloquean la radiación UV del todo. Debemos considerar que en verano hay momentos en que el índice ultravioleta es igualmente alto, a pesar de haber finas capas de nubes.

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“Es suficiente echarse protector solar una vez antes de ir a la playa”

El protector solar se debe aplicar cada dos horas. Además, en caso te hayas bañado o sudado, es necesario que te lo eches con mayor frecuencia. Por eso, antes de ir a la playa fíjate bien que estés llevando tu protector solar.

“Es mejor usar ropa clara en el verano, porque la oscura quema más”

Es una leyenda urbana pensar que utilizar polos de color negro te quemará más piel. Lo cierto es que la mejor ropa para protegerte es oscura, de manga larga y de tejido grueso.