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¿Sabías que el cáncer de mama es el segundo tipo de cáncer con mayor incidencia en mujeres en el Perú? Lo más preocupante es que muchas veces la mujer que lo padece no manifiesta síntomas y, cuando se le diagnostica, la enfermedad ya ha alcanzado cierto nivel de desarrollo. ¿Cómo detectar el cáncer de mama a tiempo?
Su detección temprana es fundamental. Es la única manera de poder llevar a cabo un tratamiento con pronósticos positivos de recuperación. Los métodos de detección pueden consistir en exámenes clínicos o en pequeñas acciones que puedes realizar y toman solo unos minutos, pero pueden salvar tu vida.
¿Cómo saber si tengo cáncer de seno? Presta a todos los consejos que tenemos para ti, pero primero debes conocer qué es el cáncer de mama y sus factores de riesgo.
El cáncer de mama consiste en el desarrollo de un tumor maligno originado en las células de la glándula mamaria. Las células tumorales se generan en el tejido glandular del seno, invadiendo el resto del tejido sano que las rodea. Principalmente, existen dos tipos de cáncer de seno:
Carcinoma ductal: Comienza en los conductos que llevan leche desde la mama hasta el pezón. La mayoría de casos corresponden a este tipo.
Carcinoma lobulillar: Se inicia en unas partes de las mamas llamadas lobulillos, donde se produce la leche.
Edad: Si bien esta es una enfermedad para la cual no se han establecido causas precisas, existen algunos factores de riesgo identificados. La edad es uno de los principales. A medida que la mujer se hace mayor, más posibilidades tiene de padecer cáncer de seno.
Antecedentes familiares: Asimismo, tener antecedentes familiares también es un factor de riesgo, que se incrementa si el familiar es la madre o la hermana. El no haber tenido hijos, la aparición de la primera regla a edad temprana o la menopausia tardía también son factores a tomar en cuenta.
Obesidad: El factor de riesgo que sí es tarea y responsabilidad de la mujer es el de cuidarse de no tener sobrepeso. Para ello debe procurar tener una dieta balanceada.
Uno de los síntomas más frecuentes de la enfermedad es la aparición de un bultito. Se trata de un nódulo que generalmente no causa dolor, pero que puede palparse.
Otras manifestaciones son las alteraciones de la piel de la mama o la retracción del pezón, así como una excreción atípica de esta parte, especialmente sangre. Todo esto puede detectarse con un chequeo médico regular con un especialista.
En primer lugar, debes observar tus senos en el espejo. Asegúrate de mantener los hombros rectos y los brazos en las caderas. Luego, presta atención a estos detalles:
¿Tus senos tienen el mismo tamaño, forma y color? Fíjate si uno de estos factores tiene una apariencia fuera de lo habitual.
¿Tus senos tienen una forma uniforme sin distorsión o hinchazón visibles?
¿Observas alguna formación de hoyuelos, arrugas o protuberancias en la piel?
¿Alguno de tus pezones ha cambiado de posición o hay un pezón invertido (empujado hacia adentro en lugar de sobresalir)?
¿Tienes enrojecimiento, dolor, sarpullido o hinchazón?
Si observas alguno de los cambios que mencionamos, te aconsejamos informar a tu médico.
En esta parte del autoexamen del cáncer de mama, repetirás la revisión del primer paso. Sin embargo, ahora debes levantar los brazos y buscar los mismos cambios.
Mientras estás frente al espejo, busca si tus pezones presentan signos de líquido. Este podría ser un líquido acuoso, lechoso o amarillo o incluso con sangre. Si notas líquido que sale de uno o ambos pezones, consulta inmediatamente con un doctor.
Para el siguiente paso debes recortaste, para esto puedes usar tu cama. Luego, palpa tus senos. Usa la mano derecha para palpar tu seno izquierdo. Al terminar, cambia a la mano izquierda para palpar el seno derecho.
Asegúrate de usar un toque firme y suave con las yemas de los dedos, manteniendo los dedos juntos y planos. Avanza cada pocos centímetros, aproximadamente del tamaño de una pequeña moneda.
El movimiento debe ser circular y cubrir todo el seno de arriba a abajo, de lado a lado, desde la clavícula hasta la parte superior del abdomen y desde la axila hasta el escote. Mantén un orden en este proceso, puedes seguir un patrón para asegurarte de cubrir todo el seno.
Puedes comenzar en el pezón y mover los dedos en círculos cada vez más grandes hasta llegar al borde exterior del seno. Otra opción que puedes realizar es mover los dedos hacia arriba y hacia abajo verticalmente, en filas. Para la piel y el tejido justo debajo, usa una presión ligera; para el tejido en el medio de sus senos, aplica una presión media; finalmente, usa una presión firme para el tejido profundo en la espalda. De esta forma, te puedes asegurar de sentir todo el tejido desde el frente hasta la parte posterior de los senos.
En el último paso para realizar el autoexamen de cáncer de mama, deberás repetir el paso cuatro, pero con un cambio de posición. Siente tus senos mientras estás de pie o sentada. Puedes aprovechar un baño para realizar este procedimiento, pues la piel mojada y resbaladiza facilitará el proceso.
Si crees que sientes un bulto en el seno, no debes alarmarte. Muchas mujeres presentan algunas áreas con bultos en los senos. En la mayoría de casos, estos resultan ser benignos, es decir no cancerosos. Hay una serie de posibles causas de bultos no cancerosos en los senos, incluidos los cambios hormonales normales, una afección mamaria benigna o una lesión.
Después de detectar un bulto o cambio en los senos, te recomendamos visitar a un ginecólogo. Si estás en el periodo de menstruación, es posible que desees esperar hasta que este termine. El médico analizará el historial de salud y realizará un examen físico del seno. Además, es probable que ordene pruebas de diagnóstico por imágenes del seno.
Es importante que el médico le dé una explicación de la causa del bulto u otro cambio en el seno y, si es necesario, un plan para controlarlo o tratarlo.
Entre los 20 y 40 años es necesario realizarse exámenes clínicos con el médico. A partir de los 40, las mujeres deberán realizarse además mamografías.
Se trata de estudios de imagen por rayos X, para explorar la consistencia y posibles cambios que puedan ser signos de cáncer de seno.
Si existen antecedentes de cáncer de mama en la familia, particularmente familiares de primer grado (madre o hermana) el médico podría solicitar una mamografía antes de los 40.
En ocasiones, puede considerarse necesario realizar una ecografía de mama. Esto es útil para observar cambios que pueden palparse pero que no aparecen en las mamografías. Asimismo, para ver con mayor precisión los cambios detectados en las mismas.
En caso de requerirse una biopsia, a través de la ecografía se podrá saber con mayor exactitud en qué área deberá efectuarse. Por otro lado, también pueden realizarse resonancias magnéticas en aquellas pacientes que ya fueron diagnosticadas. Esto servirá para medir el tamaño del cáncer y detectar otros posibles tumores.
Si en la mamografía, estudio por imagen o exploración se encuentra algún cambio, debe tomarse una muestra de las células sospechosas y enviarse a laboratorio, donde se realizará el examen respectivo, es decir, la biopsia.
La biopsia es el único método para determinar con certeza si lo que se ha encontrado corresponde a un cáncer.
¿Es posible padecer cáncer de mama durante el embarazo? Se trata de casos poco frecuentes. Sin embargo, si se detecta algún bulto o cambio en los senos, es importante que consultes con tu médico cuanto antes. Existen diversas pruebas de cáncer de mama para embarazadas, así como tratamientos en caso de que la enfermedad se presente durante la gestación.
Existen diversas pruebas de cáncer de mama para embarazadas, así como tratamientos en caso de que la enfermedad se presente durante la gestación. En el caso de las mujeres menores de 30 años o que están embarazadas o amamantando, la ecografía suele ser la única prueba de diagnóstico utilizada para evaluar un bulto.
En mujeres mayores de 30 años que no están embarazadas ni amamantando, se recomienda tanto una ecografía como una mamografía para realizar el análisis respectivo.
Ahora ya conoces diferentes formas para detectar el cáncer de mama. Antes de terminar, queremos compartir contigo algunas recomendaciones finales que puedes aplicar desde hoy.
Convierte tu autoexamen de mama en un hábito de tu rutina. Puedes realizarlo al menos una vez al mes, durante o después de una ducha. Recuerda que mientras más examines tus senos, más aprenderás sobre ellos y resultará sencillo saber si algo ha cambiado.
Examínate varios días después del final de tu período. En ese momento es menos probable que los senos se sientan hinchados y sensibles.
Determina la fecha. Elige un día que sea fácil de recordar, como el primer o el último día del mes.
Crea un diario donde puedas registrar los resultados de tus autoexámenes de mama. Aquí podrás poner anotaciones sobre las sensaciones normales y, en caso notes alguna variación, podrás compararlo.
Revisa las zonas cercanas a los senos. Puedes revisar el área exterior superior, cerca de la axila, por ejemplo.
Recuerda que nuestro mayor aliado contra esta enfermedad es la prevención contra el cáncer, por medio de hábitos saludables, actividad física y alimentación balanceada.
Para mantenerte informada, descarga aquí nuestra Guía gratuita sobre Cáncer de Mama.
Referencias:
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