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Entidad oncológica especializada en prevención, diagnóstico y tratamiento del cáncer.
El cáncer ocular es una enfermedad poco frecuente, pero que puede tener un impacto muy serio en la salud visual y general si no se detecta a tiempo. En la mayoría de casos sus primeras señales pasan desapercibidas, por eso, los controles periódicos con el oftalmólogo son fundamentales para un diagnóstico temprano.
En este artículo encontrarás información clara sobre qué es el cáncer ocular, cuáles son los tipos más frecuentes de esta enfermedad, así como los factores de riesgo, los síntomas de alerta, cómo se diagnostica y los tratamientos disponibles, incluyendo técnicas modernas como el láser.
El cáncer ocular se produce cuando las células del ojo crecen de manera descontrolada y forman un tumor. Este cáncer puede aparecer en el globo ocular o en estructuras cercanas como los párpados y los conductos lagrimales.
Cabe resaltar que cuando hablamos de cáncer, nos referimos a un tumor maligno, esto quiere decir que puede invadir otros tejidos y, en algunos casos, diseminarse a otros órganos cuando llega a la etapa de metástasis.
Aunque el cáncer ocular es poco común, su detección temprana es clave para preservar la visión y la calidad de vida del paciente, por lo que es importante acudir a chequeos regulares.
También te puede interesar: ¿Sabes qué es el retinoblastoma infantil? Aquí te lo explicamos
El cáncer ocular no es uno solo, sino que puede presentarse de distintas maneras según la zona del ojo donde se origine y el tipo de células afectadas. Conocer sus variedades ayuda a entender mejor los síntomas, la importancia del diagnóstico temprano y las opciones de tratamiento disponibles.
Es el tipo más común de cáncer de ojo. Se origina en los melanocitos, las células que producen melanina, el pigmento que da color a nuestra piel y también a los ojos. La mayoría de los melanomas oculares aparecen en la úvea, una parte interna del ojo que no se ve a simple vista, por lo que suele ser difícil de detectar en etapas tempranas.
Existen varios subtipos:
El melanoma ocular puede no causar síntomas al inicio. Cuando aparecen, los más comunes son visión borrosa, destellos de luz, manchas flotantes, o una mancha oscura en el iris.
Este tipo no se origina en el interior del ojo, sino en los tejidos que lo rodean, como los párpados, glándulas lagrimales, músculos y nervios.
Los principales son:
Estos cánceres pueden generar bultos, enrojecimiento persistente, dolor o cambios en la forma del ojo o párpado.
Es un cáncer que afecta la retina (la capa sensible a la luz en la parte posterior del ojo) y es común en niños menores de 5 años. Generalmente, se diagnostica antes de los 2 años y, en la mayoría de los casos, compromete un solo ojo, aunque también puede afectar a ambos.
Sus síntomas incluyen:
El retinoblastoma es uno de los cánceres infantiles más frecuentes, pero con diagnóstico temprano tiene un alto índice de curación.
Se trata de un cáncer poco común que afecta a los linfocitos (un tipo de glóbulo blanco). Es más frecuente en personas mayores de 50 años o con sistemas inmunitarios debilitados.
Muchas veces aparece junto con el linfoma primario del sistema nervioso central (LPSNC), lo que lo hace aún más complejo.
Los síntomas suelen confundirse con los de otras enfermedades oculares, ya que puede causar visión borrosa, moscas volantes o pérdida de visión progresiva.
En la actualidad no se conocen las causas exactas que generan la multiplicación descontrolada que forman los tumores malignos, en este caso en el ojo, pero lo que sí se conoce son los factores que aumentan el riesgo a desarrollar este tipo de cáncer:
Los síntomas de cáncer ocular pueden variar según el tipo y la localización del tumor, pero los más comunes incluyen:
Es importante recordar que en las primeras etapas, el cáncer ocular puede no causar síntomas, por eso, un chequeo oftalmológico regular es clave para la detección temprana.
Para confirmar o descartar la presencia de un tumor ocular, el especialista puede indicar:
El tratamiento depende del tipo de cáncer, tamaño y localización del tumor, así como de la salud general del paciente. Entre las opciones más frecuentes:
La radioterapia es uno de los tratamientos más comunes para el cáncer ocular. Puede aplicarse de forma externa a través de una cirugía estereotáxica o radioterapia con haces de protones, así como de forma interna con el procedimiento de braquiterapia.
La cirugía también es una opción muy común de tratamiento para el cáncer ocular, especialmente para tumores pequeños que no se han extendido más allá del globo ocular.
Este tipo de tratamiento refuerza el sistema inmunitario y lo ayuda a identificar las células cancerosas para destruirlas con mayor eficacia.
La quimioterapia no se suele usar para tratar el cáncer ocular, pero el médico oncólogo podría recomendarlo si el cáncer se ha propagado a otros órganos.
Los tratamientos con láser son una de las opciones que los especialistas pueden recomendar para combatir ciertos tipos de cáncer ocular. Los láseres son rayos de luz muy concentrados que permiten calentar y eliminar células cancerosas de manera precisa, con la ventaja de actuar directamente sobre el tumor sin necesidad de cirugía abierta.
Este tipo de tratamiento se utiliza principalmente en algunos melanomas oculares y en tumores pequeños de retinoblastoma (cáncer ocular infantil).
Entre este tipo de tratamientos encontramos:
En este procedimiento, el láser se dirige a través de la pupila para alcanzar los vasos sanguíneos que nutren al tumor. Al calentarlos, estos vasos se destruyen y el tumor deja de recibir la sangre que necesita para crecer.
Se utiliza principalmente en tumores pequeños ubicados en la parte posterior del ojo. Generalmente se requieren 2 o 3 sesiones, con intervalos de un mes entre cada una.
El paciente (en el caso del retinoblastoma, el niño) recibe anestesia para dormir durante el tratamiento.
Posibles efectos secundarios: la fotocoagulación puede dañar la retina, lo que podría generar puntos ciegos o incluso un desprendimiento de retina, afectando la visión.
Este tratamiento utiliza un tipo de láser que aplica calor directamente sobre el tumor, pero de manera más suave que la fotocoagulación. Así, es posible destruir las células cancerosas preservando parte de los vasos sanguíneos de la retina.
Puede usarse solo para tratar tumores pequeños. En tumores más grandes, suele aplicarse junto con quimioterapia o radioterapia, ya que el calor potencia la acción de estos tratamientos.
Normalmente se realizan 3 sesiones, con aproximadamente un mes de diferencia entre cada una, y el paciente recibe anestesia.
Posibles efectos secundarios: en algunos casos, la TTT puede causar que se encoja parte del iris, generar opacidad en la lente ocular o producir daño en la retina, con impacto en la visión.
Los tratamientos con láser para el cáncer ocular son técnicas muy especializadas que buscan destruir el tumor con la mayor precisión posible. Sin embargo, como ocurre con cualquier tratamiento, pueden tener efectos secundarios que es importante conocer y conversar con el equipo médico.
Por eso, antes de iniciar este procedimiento, es fundamental que el paciente y su familia hablen con su especialista en oncología ocular para comprender:
Los tratamientos pueden provocar algunos efectos secundarios:
Consejos de cuidado
No. Es una enfermedad poco frecuente, pero puede ser grave si no se detecta a tiempo.
No necesariamente. Si se detecta temprano y se trata a tiempo, muchos pacientes pueden conservar parcial o totalmente su visión.
No existe una prevención absoluta, pero proteger los ojos de la radiación ultravioleta y acudir a revisiones periódicas reduce el riesgo.
Con diagnóstico temprano y tratamiento adecuado, muchos tipos de cáncer ocular pueden controlarse o incluso curarse.
Si notas visión borrosa, manchas oscuras en el iris, destellos de luz o cualquier cambio extraño en tus ojos, agenda una cita con el especialista.
El cáncer ocular puede ser silencioso en sus primeras etapas, pero si se detecta de forma temprana existen múltiples opciones de tratamiento que ayudan a preservar la visión y la salud general.
Si notas cambios en tu visión, manchas oscuras en el iris o cualquier síntoma sospechoso, no dudes en consultar con los especialistas en oncología de Auna. Un diagnóstico temprano puede marcar la diferencia.
Fuente:
https://my.clevelandclinic.org/health/diseases/17292-eye-cancer
https://www.mayoclinic.org/es/diseases-conditions/eye-melanoma/symptoms-causes/syc-20372371
https://www.cancer.org/es/cancer/tipos/retinoblastoma/si-su-hijo-tiene-retinoblastoma.html
https://www.cancer.org/es/cancer/tipos/cancer-de-ojo/si-usted-tiene-cancer-de-ojo.html
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