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Entidad oncológica especializada en prevención, diagnóstico y tratamiento del cáncer.
Es el tercer tipo de cáncer más frecuente entre los niños. Se trata del linfoma pediátrico, un cáncer que afecta al tejido linfático, el sistema que combate las enfermedades. Pero ¿cómo se comporta el linfoma (pediatría) en el cuerpo de los niños? ¿Cuáles son sus principales síntomas? A continuación te lo explicamos todo.
Según la OMS, el linfoma pediátrico suele diagnosticarse después de los tres años de edad y más en varones. La mayoría de los casos se desarrollan por mutaciones genéticas no hereditarias. Es decir, ni los padres ni los niños pueden controlar las causas de los linfomas en pediatría.
Estos factores de riesgo son:
Es importante llevar a los niños a sus exámenes pediátricos de rutina: es posible que estos permitan detectar los síntomas iniciales del linfoma1. Haz clic aquí para conocer más sobre cómo prevenir el linfoma.
El linfoma más frecuente en niños es el linfoma de Hodgkin (pediatría), que suele ocurrir entre los 15 y los 19 años. Además de los factores ya descritos, también se incluyen ciertas afecciones infantiles comunes que pueden aumentar el riesgo de padecer la enfermedad2.
Aunque no todos los niños con linfoma (pediatría) tienen síntomas, los más comunes son:
Por supuesto, estos síntomas también pueden ser causados por otro tipo de enfermedades. Si su hijo tiene alguno o varios de estos síntomas, lo más recomendable es llevarlo al médico. Recuerde que el linfoma de Hodgkin en niños es curable en muchos casos.
En un examen pediátrico de rutina, el médico controla el peso del niño y realiza una exploración física; de esta manera busca ganglios linfáticos inflamados o cualquier signo de infección localizada. También palpa el abdomen y explora el pecho con un estetoscopio.
Si el niño tiene síntomas de linfoma, el pediatra realizará un resumen de los antecedentes médicos familiares y personales. Por ejemplo, preguntará sobre la salud del pequeño en el pasado, y del resto de su familia.
Cuando el pediatra encuentra un ganglio linfático agrandado sin motivo aparente, deberá controlar su crecimiento. También podría recetar antibióticos y solicitar análisis de sangre en caso de infecciones.
Incluso, es probable que se le realice una biopsia, con anestesia general, para extraer una parte del ganglio linfático anormal. Esta muestra se examina en el laboratorio para determinar de qué tipo de linfoma se trata. Otras pruebas que se suelen solicitar son:
El objetivo de estas pruebas es evaluar el nivel de propagación del linfoma en el organismo; contar con esta información es clave para decidir el tratamiento a seguir3.
El tratamiento del linfoma pediátrico depende de algunos factores. Principalmente, del grupo de riesgo del niño y la clasificación del linfoma: de bajo riesgo, de riesgo intermedio o de alto riesgo. Esto depende de qué tan extendida esté la enfermedad.
También se toma en cuenta el género del paciente y los efectos secundarios del tratamiento. Los tipos de tratamiento de los linfomas en pediatría incluyen:
El linfoma Hodgkin en niños y el linfoma no Hodgkin (pediatría) tienen diferentes índices de supervivencia:
Conocer los síntomas del linfoma (pediatría) y llevar a tus pequeños a sus exámenes de rutina son nuestras principales recomendaciones. Recuerda que en Oncosalud estamos para ayudarte y solucionar todas tus dudas. ¡Conoce aquí a nuestros médicos oncólogos expertos!
Fuentes:
Entidad oncológica especializada en prevención, diagnóstico y tratamiento del cáncer.
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