El cáncer linfático es un mal que registra un crecimiento en el Perú. Según el Instituto Nacional de Enfermedades Neoplásicas (INEN), cada año se presentan 2,000 nuevos casos de este tipo de tumor y también hay un incremento anual del 4%.

Esta enfermedad afecta las células del sistema linfático, como los linfocitos. Algunos de los  síntomas del cáncer en los ganglios linfáticos son: hinchazón de los ganglios, fatiga, fiebre y una extraña pérdida de peso. Existen dos tipos de cáncer: el linfoma Hodgkin y linfoma no Hodgkin, este último afectando mayormente a personas encima de los 60 años de edad.

No se sabe con exactitud cómo empieza el cáncer en los ganglios, por eso es importante prestar atención a los primeros síntomas. Conforme la enfermedad avanza, hay dos sistemas para clasificar etapas del cáncer linfático y van a depender del tipo de linfoma que se padece.

Linfoma Hodgkin

Se habla de este tipo de cáncer linfático cuando bajo el microscopio hay una presencia anormal de células conocidas como Reed-Sternberg. Es el linfoma más común, siendo uno de los casos más recordados el del actor estadounidense Michael C. Hall, protagonista de la serie Dexter.

Hay dos tipos de linfoma de hodgkin: el clásico y el de predominio linfocitario nodular. Para medir el grado de diseminación de esta enfermedad, se aplica el sistema de clasificación Cotswold, que está separado en cuatro etapas identificadas con los números romanos.

Etapa I (1): En este grado, el cáncer aparece únicamente en una región ganglionar linfática o una sola estructura linfática (bazo, timo, etc.).

Etapa II (2): La enfermedad se encuentra en esta categoría si es que está presente en dos o más áreas de ganglios linfáticos del mismo lado del diafragma.

Etapa III (3): Se caracteriza cuando el linfoma de Hodgkin se halla en los ganglios linfáticos a ambos lados del diafragma o cuando también se ha extendido al bazo.

Etapa IV (4): Esta fase se identifica cuando el cáncer linfático avanzado se ha propagado a uno o más órganos fuera del sistema ganglionar linfático (por ejemplo, el hígado, la médula ósea o los pulmones) con o sin compromiso de ganglios linfáticos.

Linfoma no Hodgkin

Este tipo de cáncer linfático ataca a los linfocitos, pero no hay presencia de células Reed-Sternberg. Un caso recordado de linfoma no Hodgkin fue el del expresidente de Paraguay, Fernando Lugo, quien luego de presentar síntomas, se sometió a un año de tratamiento y logró superar el mal.

Para determinar las etapas de este cáncer linfático se aplica el sistema de clasificación Ann Arbor, el cual también posee cuatro fases.

Etapa I (1): El tumor se halla solamente dentro de una región ganglionar o un órgano linfático, como el caso del timo (ubicado detrás del esternón). También puede ser considerado en esta fase si afecta un área de un órgano fuera del sistema linfático (IE).

Etapa II (2): Sucede cuando el cáncer se ubica en dos o más grupos de ganglios linfáticos en el mismo lado del diafragma (superior o inferior).

Etapa III (3): Ocurre cuando el mal está a ambos lados del diafragma, lo cual puede incluir órganos o áreas linfáticas. También cuando los ganglios comprometidos están sobre el diafragma, pero la enfermedad ha comprometido el bazo.

Etapa IV (4): Este cáncer linfático en etapa 4 se ha propagado fuera del sistema linfático a por lo menos un órgano que no está contiguo a un ganglio afectado. Esta metástasis del linfoma puede incluir la médula ósea, el hígado, el cerebro o la médula espinal o la pleura.

Ten en cuenta estas consideraciones al momento de conversar de cáncer linfático con tu médico. Cuánto tiempo se puede vivir con un linfoma va a depender de qué tan pronto se hace el diagnóstico y su grado de extensión para así evaluar el tratamiento más adecuado para ti.

Recuerda también que en Oncosalud velamos por tu bienestar y el de tu familia. Por ello, te compartimos también este otro artículo sobre los síntomas del cáncer linfático.