¿Te preocupa la idea de comer alimentos tratados con pesticidas cancerígenos? ¿Tachaste de tu lista de compras las frutas y verduras del ranking de los dirty dozen (doce sucios)? ¿Qué relación hay entre los pesticidas y el cáncer? Aquí aclararemos estas y otras dudas.

Un mensaje se hizo viral hace un tiempo alertando que beber agua de piña produce cáncer. Se argumentaba que los pesticidas usados sobre esta fruta se desprenden al momento de hervirla. ¿Qué hay de cierto en esto?

"Desde hace tiempo, los pesticidas controlan las plagas de los cultivos. Ningún estudio indica que comer estos alimentos genere cáncer", señala Joseph Pinto, Biólogo Molecular, experto en la biología y genómica del Cáncer en Oncosalud.  

Así como el Biólogo de Oncosalud Joseph Pinto, lo mismo advierte la Organización Mundial de la Salud en su página web:

“Ningún plaguicida autorizado en alimentos comercializados a nivel internacional causa efectos genotóxicos (es decir, no dañan el ADN de modo que puedan producirse mutaciones o cáncer)” ⁽¹⁾.

En la mayoría de países, existen normas que controlan los niveles máximos de plaguicidas que pueden usarse en los campos de cultivo. En el Perú, también.

Nuestro país ha firmado acuerdos con los estados miembros de la Comunidad Andina acerca del uso responsable de pesticidas. Estos son el Convenio de Basilea, el Convenio de Estocolmo, el Convenio de Rotterdam y el Codex Alimentarius⁽²⁾.

Desconfianza en torno a los pesticidas y el cáncer

Sin embargo, el tema de los pesticidas y el cáncer siempre genera suspicacias y ha dado origen a diversas organizaciones que luchan contra estos productos. La organización estadounidense Environmental Working Group (EWG) es una de ellas.

En el 2018, la EWG analizó alimentos populares en el desayuno de los niños: cereales de avena, avena y granola. ¿El resultado? Tenían glifosato, un controversial pesticida vinculado con el cáncer ⁽³⁾.  

Casi las tres cuartas partes de las muestras arrojaron niveles de glifosato más altos que los recomendados por los científicos del EWG para los niños.

Como era de esperarse, la denuncia causó conmoción en su momento, porque los bebés y los niños pequeños son más sensibles a los efectos tóxicos de los plaguicidas que cualquier adulto.

Entre otras razones, porque su sistema nervioso y sus órganos continúan en desarrollo después del nacimiento. Sus riñones e hígado inmaduros tienen menor capacidad que un adulto para eliminar los pesticidas del cuerpo⁽⁴⁾.

El glifosato es la sustancia activa de muchos plaguicidas. La Organización Mundial de la Salud (OMS) lo considera “posiblemente carcinógeno”. Pero advierte también que, si los cultivos cumplen las normas internacionales (Codex Alimentarius), no hay que preocuparse por comerlos⁽⁵⁾.

“Consumir frutas y verduras provee enormes beneficios a la salud. Las dosis mínimas de pesticidas que ingerimos a través de ellos no tienen un efecto cancerígeno ni un efecto acumulativo que genere riesgo para la salud”, asegura el biólogo molecular, Joseph Pinto

Los dirty dozen

Por otro lado, la EGW manda a analizar cada año el grado de contaminación por pesticidas que tienen las frutas y verduras en Estados Unidos. De este análisis surgen los dirty dozen, las 12 frutas y verduras más sucias o con más pesticidas.

Los dirty dozen del 2019 son: fresas, espinaca, col rizada, nectarinas, manzanas, uvas, melocotones, cerezas, peras, tomates, apio y papas. Y estos son los doce compuestos químicos encontrados en ellos: aldrín, policlorobifenilos (PCB’s), clordano, dieldrín, endrín, heptaclor, hexaclorobenceno, mirex, toxafeno, DDT, policlorodibenzo-p-dioxinas (PCDD), policlorodibenzofuranos (PCDF).

Los dirty dozen también se consumen en el Perú. Sin embargo, no es posible extrapolar los resultados del estudio a otros países. En todo caso, conviene poner especial énfasis en su lavado antes de comerlos.

El lavado es la clave contra los pesticidas

Ya que los pesticidas nos seguirán acompañando, por higiene y precaución es conveniente lavar muy bien las frutas y verduras antes de comerlas, con el fin de reducir la cantidad de plaguicidas en las cáscaras.

La forma correcta de hacerlo es bajo el chorro de agua. También puedes frotarlos o cepillarlos. Así retirarás gran parte de los residuos de pesticidas en los alimentos, aunque no totalmente.

Si prefieres, para mayor seguridad puedes pelar las cáscaras, que es donde más se concentran los pesticidas. Pero toma en cuenta que de esta forma eliminarás una gran cantidad de vitaminas.

Debes saber que los residuos de pesticidas se adhieren con más fuerza a las frutas que tienen cáscaras cerosas o suaves. Más aún si fueron tratadas con parafinas o ceras, que sellan los residuos de pesticidas, advierte el Centro Nacional de Información de Pesticidas (NPIC)⁽⁷⁾.

Otra posibilidad es optar por los alimentos orgánicos, que tienen menos pesticidas. Son más caros, pero los consigues fácilmente en las bioferias que se organizan los domingos en diferentes distritos.

Si bien los pesticidas presentes en los cultivos no causan cáncer por consumirlos, estas recomendaciones nos permiten comer alimentos limpios, con menos pesticidas y menos microorganismos.

El correcto lavado de frutas y verduras

Para eliminar residuos de plaguicidas en alimentos, bacterias y microorganismos de los alimentos, primero lava bien tus manos con agua y jabón. Después, bota las hojas marchitas y partes dañadas. Luego, lávalos. Aquí te dejamos una guía sobre cómo lavar las frutas y verduras con mayor detalle:

• Los terrosos: Sumerge en agua todos los alimentos que crecen debajo de la tierra o sobre ella, como la lechuga, los rabanitos y las papas. Luego lávalos bajo el chorro del caño. Si necesitas, usa un cepillo de cerdas suaves.
• Los delicados: Sumerge en agua por unos minutos los vegetales delicados, como el brócoli, la coliflor o los arándanos y luego déjalos bajo el chorro del agua.
• Los firmes: Frutas y verduras firmes, como los pepinos y las manzanas se lavan bajo el chorro y, de ser necesario, con un cepillo de cerdas suaves.

• Bien secos: Seca los productos con una toalla limpia para evitar alguna bacteria que aún esté presente.
• Lejía: Si los alimentos fueron regados con aguas servidas, lávalos y déjalos reposar en 1 litro de agua con 1 cucharadita de lejía, durante 30 minutos. Enjuaga y listo.
• Bicarbonato: Según un estudio de la Universidad de Massachussets Amherst, la mejor manera de eliminar residuos de pesticidas de las manzanas es con bicarbonato. Lava los alimentos y sumérgelos por 15 minutos en una solución de 2 tazas de agua con 1 cucharadita de bicarbonato.
• Cuidado: No uses jabón ni lavavajilla para lavar alimentos, porque estos elementos podrían quedarse en los poros.

¿Y los trabajadores del campo? ¿Se podrían ver afectados por el cáncer?

Si tú mismo manipulas pesticidas, debes usarlos y desecharlos correctamente. Toma en cuenta, además, que los pesticidas con base biológica suelen ser más seguros que los tradicionales.

Si bien las normas internacionales protegen a los consumidores de la relación entre cáncer y pesticidas, la situación de los trabajadores del campo es diferente.

Ellos se exponen a dosis muy altas de estos componentes y, como advierte el biólogo Joseph Pinto, podrían contraer cáncer si no aplican medidas de protección estrictas. Es común el cáncer linfático en estos casos, pero también el de páncreas.

Los pesticidas son necesarios

La Organización Mundial de la Salud revisa constantemente las investigaciones que realizan diversas instituciones y no ha hallado relación entre pesticidas y cáncer en los consumidores de alimentos tratados con estos productos.

Por otro lado, los pesticidas son muy necesarios en un planeta cuya población aumenta y los recursos naturales se vuelven cada vez más escasos.

La División de Población de las Naciones Unidas estima que, para el año 2050, seremos 9,700 millones de personas en la Tierra⁽⁶⁾. Hoy, sumamos 7,500 millones y ya tenemos problemas de pobreza, escasez de agua y desnutrición.

Eso significa que se requerirán más recursos para alimentar a más personas. Será necesario, entonces, asegurar el mayor rendimiento de los cultivos y el aumento de las cosechas en el mismo suelo. Matar plagas para evitar pérdidas importantes de cosechas será indispensable.

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