La detección de una enfermedad tan delicada como el cáncer puede despertar en los pacientes muchas dudas y sensación de malestar. Es esa la razón por la que muchos requieren de terapias psicológicas que les ayuden a lidiar con esta situación de la mejor manera.

Entre las preguntas frecuentes sobre el cáncer que tienen los pacientes diagnosticados de cáncer, están las siguientes:

1. ¿Por qué a mí?

Esta es una de las primeras preguntas que los pacientes se formulan.. Por lo general, sienten culpa y preguntan qué hicieron mal; pero lo principal es que entiendan que el cáncer no es un castigo.

Culparse no sirve de nada y sólo provoca tristeza. Lo adecuado es realizarnos preguntas que evoquen respuestas resilientes, como por ejemplo: “¿para qué me dio cáncer?”; así podemos hallar soluciones positivas como: para cuidarnos más tanto física como emocionalmente, para lograr más tiempo de calidad con la familia, controlar nuestro estrés, practicar más deportes, entre otras.

2. ¿Me causé el cáncer?

La respuesta definitivamente es NO. La causa de todos los cánceres existentes aún es desconocida; pero sí hay factores que nos exponen al riesgo y no podemos alterar, como: la edad, el sexo o los antecedentes genéticos.

El tener malos hábitos puede ser un factor de riesgo para padecer de cáncer, pero no significa que necesariamente quien los practique vaya a tener dicha enfermedad.

3. ¿Qué efectos secundarios tiene la quimioterapia?

Estos dependen del organismo de cada persona, del medicamento, la cantidad que se le administra al paciente y la duración del tratamiento. No todas las personas la experimentan de igual manera y es necesario que se le pregunte al médico cómo aliviar los efectos secundarios de la quimioterapia.

Por lo general, los efectos suelen ser: náuseas, vómitos, pérdida temporal de cabello, cansancio y el riesgo de padecer infecciones.

4. ¿Cómo hablo con mis hijos pequeños sobre el cáncer?

Procura hablar de manera  honesta, pues la imaginación de los niños no tiene límites y pueden pensar algo peor que los altere. Háblales de manera sencilla y diles lo necesario, dependiendo de su edad y nivel de comprensión. Si los niños hacen preguntas, éstas deben ser respondidas siempre para que no quede ninguna duda que les haga pensar cosas equivocadas.

5. ¿Podré trabajar durante el tratamiento?

Esto depende de tu reacción al tratamiento que recibas, el tipo de cáncer, tu estado de salud y el trabajo que desempeñes. Algunas personas pueden continuar con sus labores y vida normales y otros necesitarán más descanso y reducir sus actividades.

El médico que atienda al paciente durante este tratamiento es quien decida y aconseje acerca de qué es lo mejor.

6. ¿El cáncer es contagioso?

La respuesta es NO. Al contrario: pasar tiempo en compañía y compartir actividades con seres queridos influye positivamente en el afrontamiento de esta enfermedad.

Antiguamente, se creía que todas las enfermedades eran contagiosas y por tanto se evitaban a todos los enfermos, incluyendo a los que padecían de cáncer. Hoy, aunque se sepa que el cáncer no es contagioso, sigue pasando que algunas personas se alejan; pero hay que tener claro que no es así y el paciente no se debe aislar.

7. ¿El estrés causa cáncer?

El estrés no significa que necesariamente el cáncer vaya a desencadenarse. Se han realizado diversas investigaciones acerca de la conexión entre la personalidad, el estrés psicológico y el cáncer, pero los hallazgos no siempre concuerdan. Para afrontar el cáncer de la mejor manera, se debe contar con el apoyo emocional de la familia y de una actitud optimista de ambas partes: la familia y el paciente.

8. ¿La quimioterapia es peor que el cáncer en sí?

Este es un mito falso y peligroso. Si bien, los tratamientos oncológicos pueden presentar efectos secundarios fuertes, estos pueden tratar el cáncer e incluso desaparecerlo. La quimioterapia y recomendaciones del médico con respecto al tratamiento podrían prolongarte la vida o salvártela.

9. ¿Es mejor no decirle toda la verdad a mi familiar enfermo?

Esta pregunta es muy común entre los familiares de los pacientes, pero la verdad es que limitar información a un familiar enfermo de cáncer sólo puede ocasionar aislamiento y malograr la confianza entre el paciente y el médico.

La verdad dicha de manera serena da esperanza; sin embargo se debe tener en cuenta que hay casos en los que el paciente quiere saber toda la información y otros donde prefiere no saber y delegar las responsabilidades. En el último caso se debe replantear el dar la información.

10. ¿Afectará mi vida sexual?

Algunos pacientes presentan poco o ningún cambio en el deseo sexual durante el tratamiento; sin embargo, otros descubren que tienen menos interés debido al desgaste físico y emocional que causan el cáncer y su tratamiento, como: estrés, cansancio y otros efectos secundarios.

Si disfrutabas de una vida sexual saludable antes de que se te diagnosticara la enfermedad, probablemente las cosas sigan igual durante o después el tratamiento. Procura preguntarle tanto como sea posible a tu médico y habla con tu pareja acerca de tus preocupaciones.

Si eres el familiar de alguien a quien se le diagnosticó cáncer o un paciente, no olvides que la comunicación y la honestidad son las claves para llevar de la manera más positiva el tratamiento de esta enfermedad.