¿Qué relación existe entre el cáncer de hígado y la hepatitis? Hoy en día, la hepatitis B constituye un importante problema de salud a nivel mundial y es un importante factor de riesgo para el cáncer de hígado. Conoce más sobre esta enfermedad y sus principales síntomas.

1. ¿Cuáles son las funciones del hígado en nuestro cuerpo?

 Es imposible vivir sin hígado, su correcto funcionamiento es vital para nuestro organismo. Conozcamos sus funciones principales según la Sociedad Americana del Cáncer:

• Colabora en la digestión para descomponer las grasas y así puedan ser absorbidas por el cuerpo gracias a la segregación de bilis.
• Produce la mayoría de factores de coagulación que frenan el sangrado excesivo.
• Ayuda al metabolismo, transformando los carbohidratos, lípidos y proteínas en glucógeno para darle energía al cuerpo
• Descompone las toxinas de la sangre, como el alcohol, para eliminarlas por las heces.

2. ¿Qué es la hepatitis B?

Es una infección hepática mortal causada por el virus de la hepatitis B (VHB), es transmitida por la sangre u otros fluidos corporales de una persona infectada.

La inflamación del hígado debido a la infección del VHB, puede convertirse en crónica y conllevar a un alto riesgo de muerte por cirrosis o cáncer hepático. Según la OMS, más de 686 mil personas mueren cada año a consecuencia de la hepatitis B.

3. ¿Qué es el cáncer de hígado?

El cáncer de hígado es el crecimiento anómalo de las células hepáticas o hepatocitos. Este tipo de cáncer genera tumores que reemplazan el tejido hepático sano, pudiendo presentar dolor, masa palpable abdominal y signos de insuficiencia hepática, como ascitis, sangrado e ictericia.

La prevención de la hepatitis es la clave para evitar el cáncer de hígado, y eso se logra con la vacunación temprana contra el virus VHB, que posee una efectividad del 95%.

4. ¿Cuál es la relación entre la hepatitis B y el cáncer de hígado?

El factor de riesgo más común del cáncer de hígado es por la hepatitis B y C “crónica”, que causa una inflamación en el hígado. Esta inflamación va a empezar a dañar las células sanas del órgano, formando tejido cicatricial que hará que las funciones hepáticas se deterioren.

Es así como se va generando el primer contacto entre hepatitis b y el cáncer de hígado.

5. ¿Cómo va evolucionando la enfermedad?

En los pacientes con hepatitis B y C crónica, la enfermedad progresa habitualmente durante el paso de los años; comienza con una fibrosis, donde la inflamación causará que se genere tejido cicatricial que reemplazará al tejido sano; luego esa cicatrización se irá generalizando, ocasionando cirrosis; dando lugar finalmente a los tumores malignos (cáncer de hígado).

Según la OMS, la probabilidad de que la infección se vuelva crónica, depende de la edad a la que se produzca. Los niños infectados con este virus son los más expuestos a que la enfermedad se vuelva crónica.

• Entre un 80% y 90% de los lactantes infectados en su primer año sufrirán una infección crónica
• Entre un 30% y 50% de los niños infectados antes de cumplir los seis años sufrirán una infección crónica
• Menos de un 5% de las personas sanas que se infecten en la edad adulta sufrirán una infección crónica
• Entre un 20% y 30% de los adultos que padecen una infección crónica sufrirán cirrosis y/o cáncer hepático

6. ¿Cuáles son los síntomas del cáncer de hígado?

Generalmente los síntomas del cáncer de hígado no aparecen sino hasta que la enfermedad se encuentre en una etapa avanzada. Sin embargo, a veces suelen manifestarse antes. A continuación te mostramos los síntomas más comunes del cáncer de hígado:

• Pérdida de peso y apetito repentino
• Sensación de llenura tras comer poco
• Náuseas o vómitos
• Crecimiento del hígado (sientes como una masa debajo del lado derecho de las costillas)
• Crecimiento del bazo (sientes como una masa debajo del lado izquierdo de las costillas)
• Dolor en el abdomen
• Hinchazón o acumulación de líquido en el abdomen
• Picazón
• Coloración amarillenta de la piel y los ojos (ictericia)

A veces puede aparecer fiebre, venas agrandadas en el abdomen, sangrado o moretones anormales.

Es cierto que estos síntomas pueden pertenecer también a otras enfermedades hepáticas. No obstante, si presentas alguno de estos síntomas, te recomendamos consultar con un médico. No esperes que las cosas empeoren, tu salud es primero.