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Lunares de Carne: Qué Son y Cómo Tratarlos

Lunares de Carne: Qué Son y Cómo Tratarlos

Lectura de 3 minuto(s)

Los lunares de carne, también llamados acrocordones o papilomas cutáneos, son pequeños crecimientos blandos de la piel, suelen medir desde unos milímetros hasta algunos centímetros.

En la piel pueden aparecer muchos tipos de lunares, siendo los más frecuentes aquellos que solamente son una marca de color parduzco. 

Sin embargo, también es común observar lunares elevados constituidos esencialmente por piel. 

Debido a esta característica, estos lunares son llamados lunares de carne.

Por fortuna, este tipo de lunares suelen ser indoloros e inofensivos para las personas que los presentan. 

Qué son los lunares de carne

Los lunares de carne son acumulaciones de piel o colágeno que forman elevaciones de color carne. También, se pueden llamar acrocordones o papilomas cutáneos.

Generalmente, estas lesiones se desarrollan en pliegues o zonas de roce del cuerpo, como el cuello, párpados, parte interna de los antebrazos o axilas. 

Sin embargo, pueden formarse en cualquier parte del cuerpo.

A su vez, suelen ser de tamaño pequeño y poseen un aspecto pediculado, lo que les ofrece movilidad.

Estos lunares son inofensivos y no es necesario alarmarse por su aparición, debido a que suelen ser crecimientos benignos.

No obstante, es importante mantenerse atentos a cualquier cambio en su forma, color, tamaño y relieve y consultarlo con un dermatólogo. 

De esta forma se puede examinar y establecer que verdaderamente no representan ningún riesgo.

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¿Cuándo aparecen?

Los acrocordones o papilomas cutáneos pueden aparecer desde el nacimiento, especialmente en aquellas personas con antecedentes familiares de lunares de carne.

De igual forma, estas pequeñas lesiones en la piel también pueden aparecer de forma natural entre la segunda y cuarta década de vida.

Los lunares de carne se han visto asociados a desórdenes endocrinos debido a que se presentan comúnmente en personas con diabetes tipo 2 o resistencia a la insulina. Debido a esto, los dermatólogos pueden referir a un paciente a un endocrino al observar numerosos lunares de carne.

Cómo se tratan los lunares de carne

A pesar de que estos lunares generalmente son inofensivos y no producen dolor ni molestias al paciente muchas personas pueden buscar tratamiento debido a que generan un descontento estético.

El único tratamiento disponible para estos lunares es su extirpación, la cual se puede lograr con diferentes métodos, como lo son:

  • La crioterapia: se emplea a través de la congelación y extirpación del lunar con nitrógeno líquido.
  • Electrocauterización: se cauteriza la zona del lunar con un electrobisturí hasta que esté se haya removido por completo.
  • Cirugía: la cirugía convencional se trata de la remoción del lunar mediante una incisión con bisturí. Este método es más empleado en lunares de mayor tamaño.

Una vez que son removidos los lunares, los mismos no vuelven a crecer. 

De este modo, los pacientes pueden lograr que los resultados estéticos deseados perduren en el tiempo. 

En los extraños casos donde pueda sospecharse que un lunar de carne tiene características de malignidad, el tratamiento es el mismo: extirpación completa del lunar para luego realizar la biopsia y confirmar el diagnóstico del tejido.

Cuidados de la piel y prevención de lunares

Está demostrado que un alto porcentaje de enfermedades de la piel y aparición de lunares está directamente asociado a la exposición al sol.

Para ello es recomendable evitar exponerse directamente al sol, sobre todo entre las 10 de la mañana y las 4 de la tarde.

En caso de exponerse al sol, se deben utilizar cremas o lociones protectoras con un Factor de Protección (FPS) de por lo menos 30. Se debe repetir la aplicación cada 2 horas.

También se recomienda el uso de sombrero y lentes protectores, así cómo evitar los salones de bronceado.

Se debe procurar examinar la piel con cierta frecuencia en busca de manchas o anomalías y realizar una visita anual al dermatólogo.



Oncosalud
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Entidad oncológica especializada en prevención, diagnóstico y tratamiento del cáncer.

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Los lunares de carne, también llamados acrocordones o papilomas cutáneos, son pequeños crecimientos blandos de la piel, suelen medir desde unos milímetros hasta algunos centímetros.

En la piel pueden aparecer muchos tipos de lunares, siendo los más frecuentes aquellos que solamente son una marca de color parduzco. 

Sin embargo, también es común observar lunares elevados constituidos esencialmente por piel. 

Debido a esta característica, estos lunares son llamados lunares de carne.

Por fortuna, este tipo de lunares suelen ser indoloros e inofensivos para las personas que los presentan. 

Qué son los lunares de carne

Los lunares de carne son acumulaciones de piel o colágeno que forman elevaciones de color carne. También, se pueden llamar acrocordones o papilomas cutáneos.

Generalmente, estas lesiones se desarrollan en pliegues o zonas de roce del cuerpo, como el cuello, párpados, parte interna de los antebrazos o axilas. 

Sin embargo, pueden formarse en cualquier parte del cuerpo.

A su vez, suelen ser de tamaño pequeño y poseen un aspecto pediculado, lo que les ofrece movilidad.

Estos lunares son inofensivos y no es necesario alarmarse por su aparición, debido a que suelen ser crecimientos benignos.

No obstante, es importante mantenerse atentos a cualquier cambio en su forma, color, tamaño y relieve y consultarlo con un dermatólogo. 

De esta forma se puede examinar y establecer que verdaderamente no representan ningún riesgo.

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¿Cuándo aparecen?

Los acrocordones o papilomas cutáneos pueden aparecer desde el nacimiento, especialmente en aquellas personas con antecedentes familiares de lunares de carne.

De igual forma, estas pequeñas lesiones en la piel también pueden aparecer de forma natural entre la segunda y cuarta década de vida.

Los lunares de carne se han visto asociados a desórdenes endocrinos debido a que se presentan comúnmente en personas con diabetes tipo 2 o resistencia a la insulina. Debido a esto, los dermatólogos pueden referir a un paciente a un endocrino al observar numerosos lunares de carne.

Cómo se tratan los lunares de carne

A pesar de que estos lunares generalmente son inofensivos y no producen dolor ni molestias al paciente muchas personas pueden buscar tratamiento debido a que generan un descontento estético.

El único tratamiento disponible para estos lunares es su extirpación, la cual se puede lograr con diferentes métodos, como lo son:

  • La crioterapia: se emplea a través de la congelación y extirpación del lunar con nitrógeno líquido.
  • Electrocauterización: se cauteriza la zona del lunar con un electrobisturí hasta que esté se haya removido por completo.
  • Cirugía: la cirugía convencional se trata de la remoción del lunar mediante una incisión con bisturí. Este método es más empleado en lunares de mayor tamaño.

Una vez que son removidos los lunares, los mismos no vuelven a crecer. 

De este modo, los pacientes pueden lograr que los resultados estéticos deseados perduren en el tiempo. 

En los extraños casos donde pueda sospecharse que un lunar de carne tiene características de malignidad, el tratamiento es el mismo: extirpación completa del lunar para luego realizar la biopsia y confirmar el diagnóstico del tejido.

Cuidados de la piel y prevención de lunares

Está demostrado que un alto porcentaje de enfermedades de la piel y aparición de lunares está directamente asociado a la exposición al sol.

Para ello es recomendable evitar exponerse directamente al sol, sobre todo entre las 10 de la mañana y las 4 de la tarde.

En caso de exponerse al sol, se deben utilizar cremas o lociones protectoras con un Factor de Protección (FPS) de por lo menos 30. Se debe repetir la aplicación cada 2 horas.

También se recomienda el uso de sombrero y lentes protectores, así cómo evitar los salones de bronceado.

Se debe procurar examinar la piel con cierta frecuencia en busca de manchas o anomalías y realizar una visita anual al dermatólogo.



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