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Hemorroides Trombosadas: Causas, Síntomas y Tratamiento

Hemorroides Trombosadas: Causas, Síntomas y Tratamiento

Lectura de 5 minuto(s)

Las hemorroides trombosadas pueden ser una afección dolorosa e incómoda que puede afectar las actividades cotidianas. 

Es importante comprender cuáles son las causas de las hemorroides trombosadas, los síntomas asociados a ellas y también conocer los tratamientos disponibles que pueden ayudar a aliviar esta dolencia. En este artículo pretendemos ofrecer una visión general de todos estos factores.

¿Qué son las hemorroides trombosadas?

Las hemorroides son venas inflamadas en el recto o el ano. Cuando una de estas venas se coagula, hablamos de una hemorroide trombosada.

Este tipo de hemorroide es especialmente doloroso y puede causar molestias significativas en la vida diaria.

Diferencia entre hemorroides comunes y trombosadas

Mientras que las hemorroides comunes pueden ser simplemente molestas, las trombosadas suelen ser mucho más dolorosas y requieren atención médica inmediata. 

Además, las hemorroides trombosadas pueden presentar síntomas más severos, como sangrado y dificultad para sentarse.

Causas de las hemorroides trombosadas

Varios son los factores que pueden causarlas:

Estreñimiento o diarrea: Ambas condiciones pueden aumentar la presión en las venas del recto, lo que lleva a la inflamación y la trombosis.

Esfuerzos durante la defecación: El esfuerzo excesivo durante la defecación puede causar un aumento de la presión en las venas anales, contribuyendo al desarrollo de hemorroides trombosadas.

Sentarse en el inodoro durante períodos prolongados: Esto puede aumentar la presión en las venas del recto, lo que facilita la formación de hemorroides.

Dieta baja en fibra: Una dieta pobre en fibra puede llevar al estreñimiento, lo que a su vez aumenta el riesgo de desarrollar esta condición.

Embarazo: El aumento de la presión en la zona pélvica durante el embarazo puede contribuir al desarrollo de hemorroides trombosadas.

Vida sedentaria: La falta de movimiento y ejercicio puede llevar a un estancamiento del flujo sanguíneo en la zona rectal, aumentando el riesgo de trombosis.

Obesidad: El exceso de peso puede aumentar la presión en las venas del recto, lo que facilita la aparición de hemorroides trombosadas.

Hipertensión: La alta presión arterial puede contribuir al desarrollo de hemorroides al aumentar la presión en las venas del recto.

Sentarse durante un tiempo muy prolongado: Estar sentado durante largos períodos, especialmente en superficies duras, puede aumentar la presión en las venas anales y contribuir al desarrollo de hemorroides trombosadas.

Síntomas comunes de las hemorroides trombosadas

Dolor intenso en el ano o el recto: Este es el síntoma más característico y puede ser constante o aparecer solo durante la defecación.

Inflamación y enrojecimiento del ano o el recto: La zona afectada suele estar inflamada y puede presentar un color rojo brillante, lo que indica una inflamación aguda.

Un bulto en el ano o el recto: Es común sentir un bulto doloroso en la zona anal, que es la hemorroide trombosada en sí misma.

Sensación de ardor o picazón en el ano o el recto: Además del dolor, puedes experimentar una sensación de ardor o picazón en la zona afectada.

Sangre en las heces o en el papel higiénico: Aunque menos común, algunas personas pueden notar rastros de sangre en las heces o en el papel higiénico después de ir al baño.

Si experimentas alguno de estos síntomas, es crucial que consultes con un médico para un diagnóstico y tratamiento adecuados.

Tratamiento de las hemorroides trombosadas

Abordaje Conservador

Si te enfrentas a una hemorroide trombosada, una de las primeras líneas de tratamiento suele ser el enfoque conservador. 

Esto podría incluir medicación para aliviar el dolor, como analgésicos, y antiinflamatorios para reducir la hinchazón. 

Los baños de asiento con agua tibia también son una opción popular para aliviar el malestar. 

Además de los tratamientos médicos, hay varios cambios en el estilo de vida que pueden ayudar a manejar las hemorroides trombosadas. 

Estos incluyen una dieta rica en fibra para prevenir el estreñimiento, beber suficiente agua para mantener las heces suaves y evitar el esfuerzo durante las deposiciones. Las compresas frías también pueden proporcionar alivio del dolor y la hinchazón.

Procedimientos no invasivos

Ligadura de banda elástica: Este procedimiento quirúrgico coloca una banda elástica alrededor de la base de la hemorroide trombosada, cortando su suministro de sangre. La hemorroide se cae en unas pocas semanas.

Inyección de esclerosante: Este procedimiento quirúrgico inyecta un agente químico en la hemorroide trombosada, causando que se contraiga y se caiga.

Procedimientos quirúrgicos

Existen distintas opciones quirúrgicas para tratar las hemorroides trombosadas, dependiendo del grado de severidad y del estado de salud del paciente. 

Una de las opciones más comunes es la trombectomía, en la que el médico realiza una pequeña incisión en la hemorroide para extraer el coágulo de sangre, proporcionando un alivio inmediato del dolor. 

Otra opción es la hemorroidectomía, que implica la completa eliminación de la hemorroide. 

Este procedimiento es generalmente reservado para los casos más graves o para las hemorroides que no responden a otros tratamientos. Ambos procedimientos se realizan bajo anestesia. 

Es importante tener en cuenta que, como cualquier cirugía, estos procedimientos pueden conllevar ciertos riesgos y complicaciones, por lo que es fundamental discutir todas las opciones con su médico antes de tomar una decisión.

El riesgo de complicaciones de las hemorroides trombosadas 

Las hemorroides trombosadas, si no se tratan adecuadamente, pueden dar lugar a diversas complicaciones. La más común es el aumento del dolor y la inflamación. 

Además, si no se abordan adecuadamente, las hemorroides trombosadas pueden infectarse, lo que complica aún más la situación y requiere tratamiento antibiótico

En algunos casos, la hemorroide puede romperse, provocando un sangrado rectal. Aunque este sangrado es generalmente leve, puede requerir atención médica si es persistente o abundante. 

Adicionalmente, las hemorroides trombosadas recurrentes pueden llevar a cambios permanentes en el tejido anal, como la formación de marcas cutáneas o fisuras anales.

Es esencial buscar atención médica si los síntomas persisten o empeoran, para minimizar el riesgo de estas y otras complicaciones.

Prevención de las hemorroides trombosadas

Seguir una dieta rica en fibra: Incluir más fibra en tu dieta puede hacer que las heces sean más blandas, facilitando su evacuación y reduciendo el riesgo de hemorroides.

  • Beber mucha agua: Mantenerse hidratado ayuda a suavizar las heces, lo que disminuye la presión en las venas anales durante la defecación.
  • Evitar el estreñimiento: El estreñimiento puede aumentar la presión en las venas del recto, lo que puede llevar al desarrollo de hemorroides trombosadas.
  • Evitar la diarrea: La diarrea puede irritar y agravar las hemorroides existentes, aumentando el riesgo de trombosis.
  • No forzar la defecación: Evitar el esfuerzo durante la defecación reduce la presión en las venas anales, minimizando el riesgo de hemorroides.
  • Perder peso si tienes sobrepeso: El exceso de peso puede aumentar la presión en las venas del recto, lo que aumenta el riesgo de desarrollar hemorroides trombosadas.

Tomar estas medidas preventivas puede ayudar significativamente a reducir el riesgo de desarrollar hemorroides trombosadas.

Oncosalud
Oncosalud

Entidad oncológica especializada en prevención, diagnóstico y tratamiento del cáncer.

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