El sol es vida. Pero en exceso es tan perjudicial que pudiera conducirnos hacia la muerte.  El cáncer de piel es uno de los más comunes hoy en día. La cultura del bronceado y la exposición al sol sin protección nos ha hecho más vulnerables a esta enfermedad. En este artículo te explicaremos cuáles son algunos de los riesgos asociados a la exposición solar.

Rayos ultravioletas

Los rayos ultravioletas (UV) son los responsables de dañar el ADN de las células de la piel. Llegan a nosotros principalmente a través de la luz solar y las cámaras de bronceado. También se ha demostrado que debilitan el sistema inmune y causan cataratas, entre otras enfermedades oculares.

Los daños causados por los rayos UV pueden ocasionar la formación de radicales libres, los cuales usualmente son contrarrestados por las vitaminas A, C y E presentes en la piel. Sin embargo, cuando el daño es extendido, las vitaminas pierden su efectividad.

Aparición de lunares

Sabemos que un pequeño número de lunares atípicos o displásicos pueden convertirse en melanomas y que a pesar de que suelen ser hereditarios, la exposición indiscriminada al sol o cámaras de bronceado puede acelerar su aparición.

Las graves quemaduras originadas por el sol antes de los 20 años, tienen efectos tardíos en la piel y están especialmente relacionadas con la aparición de lunares que pueden derivar en melanomas.

Deshidratación

Pasar varias horas bajo el sol, bien sea haciendo algún deporte, en la playa o trabajando en el campo puede llevar al organismo a perder cantidades importantes de líquido y electrolitos presentando mareos, dolores de cabeza y hasta pérdida del conocimiento. 

Mantente hidratado principalmente con agua. Olvídate de las gaseosas, los jugos pasteurizados, el té y la cafeína. Cuando te encuentras bajo el sol, la deshidratación puede ser muy rápida y más peligrosa de lo normal.

Quemaduras por sol

Una exposición prolongada, sin protección, durante las horas de más riesgo 10 am y 4 pm, puede ocasionar quemaduras de gravedad en la piel hasta formar ampollas. Adicional a la molestia por el ardor de la piel quemada, las personas que han tenido quemaduras por el sol especialmente durante la niñez y la adolescencia casi duplican su riesgo de padecer de melanoma¹, un peligroso tipo de cáncer de piel.

Los rayos solares tomados con moderación y debidamente protegidos tienen beneficios para la salud como la producción de vitamina D, indispensable para absorber el calcio que necesitan nuestros huesos y mantener el corazón saludable. Además, han sido comprobado los efectos positivos de la luz solar en pacientes con depresión.

Sin embargo, la palabra clave es protección. Protegerse de los rayos del sol no implica ocultarse de ellos para siempre. Tómalo en cuenta, en especial este verano en el que tenemos tantas actividades al aire libre y el astro rey como protagonista.

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 Referencias:

¹ Elwood, J. M., & Jopson, J. (1997). Melanoma and sun exposure: an overview of published studies. International Journal of Cancer, 73(2), 198-203.