Los AINES (antiinflamatorios no esteroideos) son medicamentos muy comunes que se usan para tratar distintos tipos de dolor e inflamación. Sin embargo, al igual que la mayoría de los medicamentos, los AINES también pueden causar efectos adversos en algunas personas. En este artículo trataremos sobre los posibles efectos adversos de los AINES y cómo reducir los riesgos.

Qué son los AINES

Los AINES son medicamentos que funcionan inhibiendo las enzimas ciclooxigenasas, lo que reduce la producción de prostaglandinas involucradas en los procesos inflamatorios, el dolor y la fiebre. 

Al inhibir su producción, los AINEs ofrecen alivio a estos síntomas.

Algunos AINES comunes son el ibuprofeno (Advil, Motrin), naproxeno (Aleve), celecoxib (Celebrex), entre otros. 

Se usan con frecuencia para tratar dolores musculares, dolor de cabeza, dolor de muelas, dolor menstrual, artritis, entre otras condiciones.

Efectos adversos más comunes de los AINES

Úlcera péptica

Uno de los efectos secundarios más graves de los AINES es la formación de úlceras pépticas, especialmente en pacientes de edad avanzada. 

Esto ocurre porque los AINE debilitan las defensas naturales del estómago. 

Se estima que el riesgo de úlcera péptica aumenta con el uso prolongado de AINES.

Malestar estomacal

Dolor, ardores o molestias en el estómago son efectos adversos muy comunes de los AINES. 

Suelen ser leves y pasajeros, pero en algunas personas pueden ser persistentes.

Este riesgo se debe principalmente a la inhibición de la COX-1, que protege la mucosa gástrica. El uso prolongado o en altas dosis puede deteriorar esta protección, llevando a complicaciones.

Alergias y reacciones cutáneas

Algunas personas pueden presentar reacciones alérgicas a los AINES, que se manifiestan como sarpullido, urticaria, hinchazón de la cara o los labios. 

Problemas cardíacos y renales

La utilización extendida de antiinflamatorios no esteroides (AINES) puede incrementar levemente la posibilidad de sufrir infartos y derrames cerebrales. 

Este incremento en el riesgo tiende a ser más significativo en individuos que ya presentan historial de enfermedades cardiovasculares.

El uso de AINEs también puede afectar la función renal, especialmente en individuos susceptibles como aquellos con enfermedad renal preexistente, ancianos, o aquellos que toman medicamentos que afectan la función renal. 

La insuficiencia renal puede ser un efecto adverso grave del uso prolongado de AINEs.

Factores de riesgo para efectos adversos

• Edad avanzada: Los mayores de 65 años tienen mayor probabilidad de úlceras gástricas y complicaciones cardiovasculares.
• Antecedentes de úlcera péptica o enfermedad gastrointestinal.
• Enfermedad cardiaca o renal preexistente.
• Uso concurrente de otros medicamentos como corticoides, anticoagulantes o aspirina.
• Consumo de alcohol y tabaco.

Cómo reducir los riesgos

• Siempre seguir las indicaciones del médico en cuanto a dosis y duración del tratamiento.
• Tomar el AINES con comida para evitar molestias estomacales.
• Consultar al médico ante síntomas de malestar prolongado o sarpullido.
• Evitar el consumo excesivo de alcohol y tabaco.
• Informar sobre medicamentos y enfermedades preexistentes.
• Realizar controles médicos periódicos si se usan a largo plazo.

En conclusión, aunque los AINES son muy seguros para la mayoría de personas cuando se usan apropiadamente, existen ciertos riesgos que debemos conocer. 

Siguiendo las recomendaciones médicas y adoptando algunas precauciones podemos reducir significativamente los efectos secundarios de estos medicamentos.

Alternativas a los AINES

Si bien los AINES son muy efectivos para el alivio del dolor y la inflamación, existen algunas alternativas con menos riesgos de efectos adversos:

Paracetamol (también conocido como acetaminofeno): Es un analgésico muy seguro cuando se toma a dosis adecuadas. No causa daño gastrointestinal pero su efecto antiinflamatorio es más débil que los AINES.

Cremas y parches tópicos con AINES: Al aplicarse sobre la piel en lugar de ingerirse, reducen significativamente la absorción sistémica y por lo tanto los riesgos. Son una buena opción para dolores musculares, articulares y leves.

Antiinflamatorios naturales: La medicina complementaria también es importante. Según algunos estudios, se pueden utilizar sustancias como la corteza de sauce blanco, la cúrcuma, el omega-3 y otros fitoterápicos que, se presume, presentan actividad antiinflamatoria más suave. Pueden probarse en casos leves y como complemento de otros tratamientos

Técnicas físicas: El masaje, la acupuntura, la crioterapia y otros métodos alternativos a veces ayudan a manejar el dolor sin fármacos. Siempre consultar a un profesional.

En resumen, existen opciones menos invasivas que los AINES orales para muchos cuadros de dolor leve a moderado. 

Lo ideal es probar primero estas alternativas y solo usar AINES bajo supervisión médica y con las debidas precauciones.

National Library of Medicine [Internet]. Bethesda (MD): AINE y riesgo digestivo; [Publicado 05/02/2016; consulta 10/03/2024]. Disponible en: https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC6877894/