El cáncer de ovario, también conocido como cáncer ovárico, se desarrolla en cualquier parte o sector de los ovarios. Los ovarios son glándulas reproductoras localizadas en la pelvis, al lado derecho e izquierdo. Son la fuente primordial de las hormonas femeninas, la progesterona y el estrógeno.

Los ovarios están compuestos por tres tipos principales de células. Cada una de estas puede desarrollar un tipo diferente de tumor:

• Los tumores epiteliales. Es el más frecuente y constituye aproximadamente el 90% de los cánceres de ovario. Se inicia en las células que cubren la superficie externa del ovario.
• Los tumores de células germinales. Es tipo de tumor es poco común y se desarrolla en las células que producen los óvulos.
• Los tumores estromales. Se desarrolla en las células del tejido estructural que sostienen el ovario y fabrican las hormonas femeninas: estrógeno y progesterona.

La gran mayoría de estos tumores son benignos; es decir, no cancerosos y no se propagan fuera del ovario. Los tumores pueden tratarse por medio de la extirpación quirúrgica de un ovario o parte del ovario que contiene el tumor.

Los tumores ováricos malignos (cancerosos) o tumores de bajo potencial maligno sí se pueden propagar (hacer metástasis) a otras partes del cuerpo y pueden llegar a causar hasta la muerte.

¿Cómo se ocasiona el cáncer de ovario?

Hasta el día de hoy no se conocen las causas exactas de esta enfermedad. Sin embargo, existen algunos factores de riesgo del cáncer de ovario que aumentan la probabilidad de que una persona desarrolle este mal.

Es necesario saber que algunas personas presentan varios factores de riesgo del cáncer de ovario, pero nunca lo desarrollan, mientras que otras sí lo desarrollan sin presentar factores de riesgo conocidos. Los siguientes factores pueden aumentar el riesgo de que una mujer desarrolle cáncer de ovario:

• Edad. El riesgo crece conforme pasan los años. Todas las mujeres tienen riesgo de padecer cáncer de ovario; sin embargo, las mujeres mayores de 50 años son más propensas a desarrollar el mal.
• Antecedentes familiares. Las mujeres que hayan tenido o que tengan familiares (como madre, hermana o hija) con cáncer de ovario tienen más probabilidades de desarrollar esta enfermedad.
• Obesidad. Distintos estudios analizados recientemente han demostrado que existe relación entre la obesidad y el cáncer de ovario. Las mujeres que presentan obesidad tienen un 50% más de probabilidades de sufrir cáncer de ovario.
• Cáncer de mama. Haber padecido cáncer de mama en algún momento de sus vidas hace que aumente el riesgo de contraer cáncer de ovario.
• Antecedentes reproductivos. Las mujeres que nunca tuvieron hijos, que presentan esterilidad sin razón aparente o que tuvieron su primer hijo después de los 30 años tienen un riesgo mayor de sufrir cáncer de ovario.
• Hormonas. Algunos estudios recientes sugieren que las mujeres que han tomado terapia de reemplazo hormonal solo con estrógenos después de la menopausia tienen un mayor riesgo de padecer cáncer de ovario.
• Alimentación. Estudios demuestran que llevar una dieta con exceso de carne puede aumentar el riesgo de desarrollar cáncer de ovario. Por el contrario, llevar una dieta basada en vegetales y poca grasa reduce el riesgo de padecer esta enfermedad.

Síntomas del cáncer de ovario

En el pasado, se pensaba que el cáncer de ovario no presentaba síntomas, pero estudios recientes han demostrado lo contrario. Las mujeres con cáncer de ovario tienen más probabilidades de manifestar los siguientes síntomas, inclusive si el cáncer está en la etapa inicial:

• Hinchazón o distensión del área abdominal.
• Dolor pélvico o abdominal bajo.
• Dificultad para comer o sensación de saciedad que aparece rápidamente.
• Síntomas urinarios, como urgencia o frecuencia.
• Indigestión y estreñimiento.
• Fatiga y dolor de espalda.
• Irregularidades menstruales.
• Dolor durante el coito.

Estos síntomas ocurren frecuentemente en un gran número de mujeres con cáncer de ovario. No obstante, es posible que sean ocasionados por alguna otra afección.

Las mujeres que presenten estos síntomas casi a diario durante más de unas semanas deberían consultar con su médico o a un ginecólogo, el cual se especializa en el tratamiento de las enfermedades que puedan sufrir los órganos reproductores femeninos.

La evaluación médica precoz podría ayudar a descubrir el cáncer en el estado más temprano posible de la enfermedad, cuando es mucho más fácil de tratarlo. Si le preocupan uno o más de los síntomas o signos de esta lista, hable con su médico de confianza. Esto es para ayudar a averiguar la causa del problema.

Debe cerciorarse de hablar con su equipo de atención médica sobre todos los síntomas o signos que se están presentando, incluyendo cualquier tipo de síntoma nuevo o de algún cambio en estos.

Si se llega a detectar cáncer, el alivio de los síntomas seguirá siendo un factor muy importante de la atención y el tratamiento del cáncer. Esto también podría ser llamado como manejo de los síntomas, atención médica de apoyo o cuidados paliativos.

Tratamiento del cáncer de ovario

El cáncer ovárico puede ser tratado de varias maneras. El tratamiento dependerá del tipo de cáncer y de cuánto se haya extendido. Los tratamientos pueden abarcar la quimioterapia, radiación y cirugía. Por lo general, el tratamiento más usado para el cáncer de ovario es una combinación de dos tratamientos, la cirugía y quimioterapia.

• Cirugía. Es el principal tratamiento para la gran mayoría de los cánceres de ovario. La expansión de la cirugía dependerá de su estado general de salud y de la extensión del cáncer. En los casos de mujeres en edad fértil con cáncer en etapa inicial, puede ser posible tratarlo sin necesidad de extirpar ambos ovarios ni el útero.
• Quimioterapia. Consiste en una combinación de dos o más medicamentos, administrados por vía intravenosa cada tres a cuatro semanas. Esta combinación de medicamentos parece ser mucho más eficaz en el tratamiento inicial del cáncer de ovario que administrar solo un medicamento.
• Terapia hormonal. Radica en el uso de hormonas o medicamentos que bloquean las hormonas para combatir el cáncer. Este tipo de terapia sistémica no se utiliza con frecuencia para tratar el cáncer de ovario, sino para tratar los tumores estromales de ovario.
• Radioterapia. Hace uso de rayos X o partículas de alta energía para eliminar las células cancerosas. En el pasado, la radiación se usaba con mayor frecuencia para el cáncer de ovario; sin embargo, en la actualidad se usa pocas veces como tratamiento principal para este cáncer. También se puede usar para tratar áreas de propagación del cáncer.
• Terapia dirigida. Es un nuevo tipo de tratamiento para el cáncer que usa medicamentos para reconocer y atacar las células cancerosas causando el menor daño posible a las células normales. Esta terapia ataca el funcionamiento interno de las células cancerígenas. 

Existen varios tipos de terapia dirigida y cada una actúa de forma distinta, aunque comparten algo en común: todas alteran la manera en que una célula maligna crece, se divide, se repara por sí misma o interactúa con otras células. 

Debe tener calma y tomar el tiempo necesario para poder evaluar las opciones de tratamiento que dispone. Si algo no queda claro, por mínimo que parezca, no dude en pedir que se lo expliquen, hasta que usted pueda resolver sus dudas.

Los tratamientos que usted pueda seleccionar dependerán, en gran medida, de la etapa de la enfermedad y también del tipo de cáncer. Es posible que la etapa exacta no se conozca en pacientes que no se hayan sometido a cirugía como tratamiento inicial. En estos casos, el tratamiento se basa en otra información que esté disponible.

Existen otros factores que podrían influir en la selección del mejor plan de tratamiento, como su estado general de salud o si tiene algunas consideraciones personales a tomar en cuenta, como haber planeado tener hijos.

La edad, por sí sola, no es un factor determinante, ya que existen muchos estudios que han demostrado que las mujeres de mayor edad toleran muy bien los tratamientos contra el cáncer de ovario. Asegúrese de comprender todos los riesgos y efectos secundarios de las distintas terapias antes de tomar una decisión acerca del tratamiento.

¿Cómo se previene el cáncer de ovario?

Lamentablemente, el cáncer de ovario es imposible de prevenir. Las mujeres que han tenido varios embarazos, han quedado embarazadas jóvenes o han dado de lactar tienen un menor riesgo de enfermarse por este tipo de cáncer. Asimismo, la toma de anticonceptivos hormonales orales es un factor protector para el cáncer de ovario.

No existe ningún tipo de examen rutinario previsto para su detección temprana, como sí ocurre en el caso del cáncer de cuello uterino. Es por esta razón que −en caso de síntomas frecuentes como molestias en la digestión, hemorragias o pérdida de peso− se aconseja acudir a un especialista para someterse a un examen.

Determinadas alteraciones genéticas o mutaciones aumentan, en gran medida, el riesgo de sufrir este mal, como el cáncer de ovario y de mama. Existe una controversia respecto a las medidas preventivas, en caso de que se den estas mutaciones en una mujer sana.

Si la mujer no desea tener más hijos, la extirpación de los ovarios podría ser una alternativa para reducir el riesgo de sufrir cáncer de ovario. Cuando se encuentran antecedentes familiares se aconseja consultar con una Unidad de Consejo Genético.

Referencias:

Bankhead, CR et al (2008). "Identifying symptoms of ovarian cancer: a qualitative and quantitative study". An International Journal of Obstetrics and Gynaecology. 

U.S. Preventive Services Task Force (2004). "Screening for Ovarian Cancer: Recommendation Statement". Annals of Family Medicine. Vol. 2, Num. 3.